Tuesday, September 28, 2010

Una comparación de las escrituras de Julia Álvarez, Esmeralda Santiago y Isabel Allende: sus transiciones y motivaciones

La literatura de latinoamericanas que han mudado a los EE. UU. de su patria después de la juventud ha recibido mucha atención recientemente. Aunque tuvieron que luchar contra mucha oposición y la crisis de identidad, Julia Álvarez, Esmeralda Santiago y Isabel Allende han escrita una abundancia de literatura influyente que muestra su viaje a quienes son hoy día.


En primer lugar, Julia Álvarez nació en 1950 en la República Dominicana donde vivía por su primer diez años hasta que sus padres fueron exiliados por razones políticas y se mudaron a Nueva York (Kevane 19). Más tarde ella fue a Middlebury College donde ganó su licenciatura en el inglés y después su maestría de la Universidad de Syracuse en la escritura (Ibid). Después de su graduación, se hizo a ser una escritora bastante prolífica. Publicó su primera colección de la poesía Homecoming en 1984 y lo expansionó y republicó en 1996 (20). Una de sus obras más importantes How the García Girls Lost Their Accents fue publicada en 1991, y es el cuento de madurar de cuatros hermanas dominicanas que trasladan a los EE.UU. (19-20). Trés años después, en 1994, ella escribió su obra más famosa ´´In the Time of the Butterflies´´ sobre las experiencias de algunas hermanas debajo de la dictadura de Trujillo en la República Dominicana (20). Escribió otras obras incluyendo El Otro Lado (1995), ¡Yo! (1997) y Something to Declare (1998) que todos describieron la transición entre dos países y culturas (Ibid).


Segunda, en 1948 Esmeralda Santiago fue nacida la mayor de once hermanos en Santurce, Puerto Rico (Gac-Artigas 245). Cuando tenía trece años en 1961 ella mudó con su madre y siete de sus hermanos menores a Brooklyn, Nueva York, los Estados Unidos, donde su abuela materna ya residía. Aunque movieron por un cambio de situación económica y para escaparse de la padre de los niños, encontraron que la vida en Brooklyn para los inmigrantes no era tan diferente que su vida en Puerto Rico. Sin embargo, Esmeralda Santiago subió éstas dificultades y asistió en el Performing Arts High School en Manhattan. La Universidad de Harvard-Radcliffe le aceptó y ella graduó en 1976 y fue a Sarah Lawrence College para ganar su diploma de maestría. No se hizo una escritora inmediatamente pero, cuarenta años después, en 1994, publicó su primera obra Cuando era puertorriqueña en inglés, y después la tradujo al español (Guzmán 146). Éste es un libro basado en hechos reales que describe su niñez en Puerto Rico hasta su traslado a los EE.UU. Publicó la secuela Casi una mujer en 1999, pero durante el intervalo entre éstos libros ella se publicó El sueño de América en 1996. Entre sus libros recurren algunos temas como
la búsqueda de la identidad personal, la búsqueda de la identidad cultural, la búsqueda de la identificación y la traslación de los sueños a través de los personas en una familia resultado en una situación socio-económico-cultural, en una familia víctima de las corrientes que azotan Puerto Rico, resumen de la cotidianidad de miles de puertorriqueños que abandonan la Isla tras el sueño de una vida mejor. (Gac-Artigas 245). Por eso, sus obras han recibido un buen compenetración entre sus lectores que buscan por el entendimiento de los inmigrantes o por sus propias identidades afuera de sus patrias.


Tercera, Isabel Allende nació en Lima, Perú en el 2 augusto 1942 a Tomás Allende y Francisca Llona Barros (Cox 1). Su padre era ´´uno de los secretarios de la embajada´´de Chile (Allende 47). Aunque sus padres le habían dicho a la madre de Isabel Allende que no debiera casarse con él, se casaron. Cuatro años después se les divorciaron por causa de su matrimonio desastroso aunque tenía tres hijos juntos (Cox 1). Por eso, después del divorcio, Isabel Allende creció en la casa de sus abuelos maternos y nunca más conoció a su padre. A pesar de esto, ella tenía contacto con el primo de su padre, Salvador Allende (Allende 176). Según ella, él ´´fue la única persona de la familia de Allende que permaneció en contacto con [su] madre después que [su] padre se fuera`` (Ibid). Salvador Allende actuaba un papel importante en la vida de Isabel porque él asistió en su primera boda como un testigo y el representativo de la familia de su padre, pero, también, fue su padrino (Cox 2). Porque su abuelo maternal no creía en la educación continuada de la mujer, después de que se graduó del colegio, Isabel Allende empezó a trabajar como secretaria por el Food and Agricultural Organization (FAO) a las diecisiete años de edad. También tradujo las novelas de romance al español y narró por una programa de televisión por el FAO para ganar dinero extra (3). Se casó con Miguel Frías en 1962, y ellos recibieron una subvención para visitar la Europa y estudiar en Bélgica el ano siguiente, Juntos tenían dos hijos durante su visita en Europa— Paula y Nicolás s(3-4).


En 1966 volvieron a Chile donde Allende escribió una columna por una revista feminista Paula, y también escribió dramas y por la televisión y unas revistas para niños (Cox 4). En 1972 ella se le conoció a su héroe Pablo Neruda quién le dijo que debe ser una novelista porque escribió hechos inexactos como periodista. En 1970 su padrino ganó la presidencia como el primer presidente marxista en el Oeste, pero el 11 septiembre 1973 Agosto Pinochet condujo un golpe de estado en lo que murió Salvador Allende y que tiró el país en confusión. Dos días después del golpe de estado, Allende empezó a participar en actividades ilegales, las cuales proporcionaron suministros a los pobres y también ayudaron los refugiados políticos que esconderse y huirse del país (Ibid). Eventualmente, Allende y su familia tuvieron que huírseles de Chile en un exilio voluntario a Venezuela para salvar sus vidas. Durante su estancia de trece años, la familia se vino abajo y Allende y su esposa divorciaron después de su matrimonio de 25 años (5-6). Casi dos mesas más tarde en San Francisco, California durante un gira de libro, Allende se le conoció a su segundo esposo, el abogado William Gordon. Se casaron el 17 julio 1988 después de que ella se mudó a los EE.UU. para vivir. Ella se desarrolló en la que Pablo Neruda le dijo a ella años antes y se hizo una escritora tan prolífica. Durante su exilio Allende publicó tres libros: La casa de los espíritus (1982), De amor y sombra (1984), y Eva Luna (1987). Tenían gran éxito alrededor del mundo, y aun en Chile, aunque fueron censurados allí. Desde su traslación a los EE.UU. ha escrita muchas otras obras como El plan infinito (1991), Cuentos de Eva Luna (1992), Paula (1994), Hija de la fortuna (1999), Retrato en sepia (2000), Mi país inventado (2003) y La isla bajo del mar (2009) entre otros (Jehenson 100).

La transición de latinoamericanos a estadounidenses no es fácil de ninguna manera. Por muchos latinoamericanos es una lucha que pelearon para guardar sus identidades con sus patrias, pero al mismo tiempo que encontrarse sus propios lugares y identidades en los Estados Unidos. Al principio, el lenguaje produce tal vez el problema más difícil por los inmigrantes. ¿Cuál idioma deben usar? ¿Necesitan mantener la lengua de su patria o deben cambiar al uso de la lengua común del país en que viven actualmente? Según Bonnie Urciuoli en Exposing Prejudice: Puerto Rican Experiences of Language, Race, & Class, ´´Hegemonically, Spanish itself is regarded as a barrier to class mobility because it displaces English. Accents, ´broken´ English, and ´mixing´ become signs of illiteracy and laziness, which people are morally obliged to control through education´´(26). El lenguaje directamente influye en la colocación en la clase y la raza.


Para los escritores, éstas preguntas suben en la importancia y la dificultad de contestar. Algunos deciden que escribir en su idioma materno, pero otros que usar el inglés. Por ejemplo, porque su educación fue fundamentalmente en el inglés, Esmeralda Santiago es más cómoda que escribir en inglés en vez de su lengua materna, el español. Según ella, ´´Mi idioma literario es el inglés, porque en ese idioma fue que desarrollé mi voz literaria``(Gac-Artigas 249). Aunque tradujo por si misma Cuando Era Puertorriqueña del inglés al español, ella no quiere traducir sus otras obras al inglés porque sabe que hay gente mejor calificadas para esto. También ella piensa que traducir es que re-escribir, y ella quiere desarollar nuevas ideas en vez de los ya realizadas (Ibid). En otros casos los escritores escriben en el español. Por ejemplo, Isabel Allende escribe en el español solo, y tiene traductores que traducen sus obras a otros idiomas. Según John S. Christie en Latino Fiction and the Modernist Imagination: Literature of the Borderlands, ´´In Latino fiction, Spanish is the language of emotion. English is reserved for the practical, the necessary… the blending of languages becomes both the source of imaginative, linguistic experiments and the most direct and obvious spectacle of Latino hybridity´´(72). A veces no se puede expresar a si mismo en un idioma sin usar algunas palabras del otro. Por ejemplo, en sus escritas Esmerald Santiago usa palabras españoles entre el inglés cuando no puede determinar una traducción apropiada (Kevane 135).
Otro problema que escritores encuentran es la idea de la escritura femenina versus la masculina. Éstos tipos de hablar reflejan la cultura de Latinoamérica, la cual es una sociedad machista ante toda. Según Myriam Yvonne Jehenson en Latin American Women Writers: Race, Class, & Gender,
In a society where the natural condition of the male is to be aggressive and that of the female to be self-sacrificing, Latin American women often see themselves primarily as nurturers. Despite extreme poverty, extreme child-bearing, and abusive treatment by men, women find their lives worthwhile because they are mothers. (7)
Por eso, para una mujer que escribir va contra la cultura latinoamericana. Cuando van a los Estados Unidos, esto cambia, y escritoras latinoamericanas tienen la oportunidad a dar voz a su género, pero ya tienen que luchar contra el machismo de su cultura que queda con ellas. Las mujeres que habían sido mencionadas encima ya hicieron realidad a esto por sus obras, y pelean activamente hoy contra los estereotipos en que aun sus madres cayeron. Por ejemplo, en sus obras, Julia Álvarez muestra la convención que madres esperan que sus hijas les emulen a pesar de que si la harían no tendrían control de sus recursos ni de sus maridos cuando ellos les engañan con otras mujeres (Henoa 14) Es un círculo vicioso. Lo que es más, la mayoría de escritoras latinoamericanas son mujeres que tienen el dinero por la educación, el viaje, y para experiencia en otras culturas que no son totalmente dominadas por los hombres (16).


Más que todas otras cosas que encuentran, escritoras latinas tienen una inmensa búsqueda de la identidad, no sola literaria como escritoras, pero, también, por si mismas en la nueva cultura. El lenguaje determina la identidad porque causa el lector que considerar las deficiencias en la lente cultural por la cual ven el mundo (Christie 72). Aunque éste puede ser cierto, muchas latinoamericanos encuentran que los estadounidenses no quieren cambiar sus lentes, y entonces los latinoamericanos tienen que cambiar sus lentes para tener un lugar en los Estados Unidos, pero también tienen que retener las lentes de las culturas de sus patrias. Mucha ficción latino habla del tema de ´´entre mundos.´´ Éste término refiere al marginalidad y prejuicio cultural que sufren los inmigrantes latinoamericanos, y también a la transición de sus sueños y expectaciones por la vida entre sociedades (105). En muchas de sus narrativas, Julia Álvarez usa sus personajes para buscar por el centro de la identidad entre los mundos de los Estados Unidos y el país natal. Ella explora los problemas de ´´identity confusion, ambivalence, and plurality created by gender, class, and national oppression´´ (Henoa 2). Muchos latinos preguntan a si mismos si son ya latinos de sus propias patrias o si son estadounidenses. La puertorriqueña Esmeralda Santiago dice que, cuando vivía en los Estados Unidos, d ella sentía como nunca había dejado de la Isla (Kevane 132). En contraste, Julia Álvarez dice que, después de la muerte de Trujillo (el dictador en la República Dominicana), ella y su familia se dieron cuenta de que fueron ´´Dominican Americans´´porque no fueron cambiado totalmente a ser estadounidenses del corriente dominante, pero no fueron dominicanos reales ninguna más. Fueron como híbridos (22).


Además de todos éstos problemas que encuentran, Julia Álvarez, Esmeralda Santiago, y Isabel Allende escriben por muchas diferentes razones y en muchas maneras únicas. Primer, sus estilos son diferentes. Julia Álvarez escribe la ficción en el inglés y en el español. La mayoría de sus obras son cuentos de madurar que representa la crisis de identidad que sufren los inmigrantes latinoamericanos. Al otro lado, Esmeralda Santiago escribe cosas basadas en hechos reales, pero en el inglés. Su primer obra y su séquela es el cuento autobiográfica que ´´provee una perspectiva fresca y natural de una niña que necesita aprender a ser parte de dos tierras y disfrutar de ser dos personas en una``(Gac-Artigas 251). Siguiente Isabel Allende implementa la ficción que lleva la influencia de la realidad pero también contiene elementos fantásticos. Aunque ella principalmente escribe la ficción, ella también ha escrita libros basados en hechos reales, como su libro Paula sobre la muerte de su hija. En su ficción Allende representa los sentimientos y las emociones comunes entre toda la humanidad en la historia del mundo, como la justicia, la búsqueda por la verdad, la pasión, el amor, el odio, y la violencia (Pinto 39). Una táctica que implementa Allende es que ella intenta que socavar la seriedad de sus temas. Distrae de la seriedad por el erotismo y el fatalismo(Jehenson 101-102).


Los propósitos por qué escriben discrepa entre cada autora. Según Julia Álvarez, ´´My mother and all the women in my family were great story-tellers, so I grew up in a folk culture where stories were very important´´(Kevane 20). Además de los cuentos, ella ha escrita mucha poesía en la cual Walt Whitman y Emily Dickinson tenían la influencia (22-23). Lo que es más, su familia fue exiliado a los Estados Unidos de la República Dominicana por razones políticos, no económicas, y ella querría describirlo. En el tiempo de las mariposas, por ejemplo, es un libro bastante político. En sus obras como ¡Yo! y How the García Girls Lost Their Accents, Álvarez se le ocupó con las cuestiones de la identidad para los inmigrantes latinas.


Siguiente, Esmeralda Santiago empezó a escribir cuando se dio cuenta de que no había literatura que describe la situación de inmigrantes como ella. Fuera muchos libros sobre otros jóvenes pero no sobre los jóvenes latinoamericanos (y específicamente puertorriqueños) que han traslado a los Estados Unidos. Ella dice que
I think my task is to give voice to people who don´t have the skill, ability, time, or craziness that I have. My characters will always be those people who can`t speak for themselves. There was no one telling my story. I don´t want that to ever happen to any child or any woman. To see yourself as nonexistent is the worst kind of insult that a person can have. (Kevane 133).
Aunque su razón primario de escribir es que dar voz a los insólitos, también tenía influencias actuales en otros escritores. Cuando estaba en Puerto Rico durante su educación primaria, Luis Pales Mates y Luis Llorens Torres le influyeron. Desde su inmigración a los Estados Unidos y sus estudios allí, ella le había influenciada por los escritores latinoamericanos Sor Juana Inés de la Cruz, Gabriela Mistral y Rubén Darío. Como dice Lucía Stecher Guzmán sobre la autobiografía en su artículo Entre Peras y Guayabas: Construcciones Identitarias de Esmeralda Santiago,
Así como para las mujeres, también para los miembros de las llamadas minorías o sectores marginales, la escritura y lectura de autobiografías estimula una serie de procesos de conocimiento, reconocimiento, identificación, introspección, que fortalecen la conciencia de la propia valía, así como la confianza de poder asumir roles de agentes activos en sus historias y las de su entorno social.
Santiago no solo escribe por si misma, pero también por otros así como ella que necesitan recibir una voz por la experiencia identitaria que ella describe por el volver a contar de su propia vida.


Isabel Allende escribe por muchas de las mismas razones como las otras pero también con sus propios propósitos. Para ella, escribir es una manera de preservar la memoria, ni solo la historia pero también las leyendas, los mitos y las supersticiones de la gente. Ella ha preservada muchos de éstos por sus libros fantásticos (Cox 26). También, Allende dice que ´´I suppose that it is from feelings of loneliness that questions arise that lead one to write, and that books are concieved in the search for answers´´(12). Puede verlo en la construcción de su libro más famoso La casa de los espíritus porque empezó cuando ella escribió una carta a su abuelo moribundo que transformó en una novela de casi 500 páginas(Pinto 24-25). Tal vez la razón para escribir más importante para Allende es que ella da voz a su género por sus escrituras. En la América Latina, las mujeres no han tenido la voz, y fue una cosa subversiva que desvanecer el silencio (Cox 26-27). A pesar de esto, ella no quiere tener el valor literario por su género porque ella quiere igualar la situación de los marginados, ambos mujeres y hombres, para mejorar el mundo (Pinto 32, 39-40). Según Harold Bloom, sus personajes repiten cuentos para preservar la memoria por la repetición, la cual les otorgan poderes (95). Finalmente, Allende escribe por si misma. Dice que escribir ´´was a kind of therepy for me, a way of drawing out all the sadness that had built up inside, of trying to share the painful experience that I didn´t go through but so many other Chileans did´´(Pinto 29).


En conclusión, Julia Álvarez, Esmeralda Santiago, y Isabel Allende han encontrado muchos obstáculos en el sendero al éxito, pero han tenido éxito a pesar de todo. Han escrito un legado colectivo que representa la memoria de su gente por la posteridad. Aunque el trabajo que contestar todas las cuestiones y resolver todos los problemas no está terminado ya, éstas tres mujeres trabajaron mucho por el resuelto de problemas de inmigración y identidad.








Obras citadas
Allende, Isabel. Mi País Inventado: Un Paseo Nostálgico Por Chile. New York: Harper
Collins, 2003. Print.

Bloom, Harold. Bloom´s Modern Critical Views: Isabel Allende. Philadelphia: Chelsea
House, 2003. Print.

Christie, John S. Latino Fiction and the Modernist Imagination: Literature of the
Borderlands. New York: Garland Pub., 1998. Print.

Cox, Karen C. Isabel Allende: A Critical Companion. Westport, CT: Greenwood, 2003.
Print.

Gac-Artigas, Priscilla. Reflexiones: Ensayos Sobre Escritoras Hispanoamericanas
Contemporáneas. Vol. II. New Jersey: Ediciones Nuevo Espacio, 2002. Print.

García, Pinto Magdalena. Women Writers of Latin America: Intimate Histories. Austin:
University of Texas, 1991. Print.

Guzmán, Lucía S. "Entre Peras Y Guayabas: Construcciones Identitarias De
Esmeralda Santiago." Revista de Estudios Hispánicos, U.P.R. XXXIII.1 (2006): 139-53. Print.

Henao, Eda B. The Colonial Subject's Search for Nation, Culture, and Identity in the
Works of Julia Alvarez, Rosario Ferré, and Ana Lydia Vega. Lewiston, N.Y.: E. Mellen, 2003. Print.

Jehenson, Myriam Yvonne. Latin-American Women Writers: Class, Race, and Gender.
Albany: State University of New York, 1995. Print.

Kevane, Bridget A., and Juanita Heredia. Latina Self-portraits: Interviews with
Contemporary Women Writers. Albuquerque: University of New Mexico, 2000. Print.

Urciuoli, Bonnie. Exposing Prejudice: Puerto Rican Experiences of Language, Race,
and Class. Boulder, Colo.: Westview, 1996. Print.

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